¿Déficit de representación o pérdida de centralidad del Parlamento?
DOI:
https://doi.org/10.7203/cc.4.28017Resumen
Este trabajo retoma una reflexión del cambio de siglo en que la autora expresaba sus temores sobre la evolución del Parlamento. Ya entonces se ponía de relieve los nuevos retos que cambiaban radicalmente la vieja función estática de constituir uno de los tres grandes poderes. La temida crisis ante tantas novedades políticas ha superado todas las previsiones. La denostada partitocracia (que en el Parlamento no es sino grupocracia) ha contribuido al divorcio entre la sociedad y la institución representativa, afectando, en definitiva, al carácter representativo de nuestra democracia, sin que ninguna de las propuestas de complementación surta efecto. Pero también parece desplazada (o ignorada) la centralidad del Parlamento: el repaso de las funciones tradicionales de las Cámaras, vistas desde la actuación del ejecutivo de coalición, no son sino una enumeración de constantes desdenes (o al menos menosprecios) a la institución parlamentaria en pro de una política gubernamental que halla atajos bien diversos. La conclusión es la pérdida de centralidad que, en definitiva, es pérdida del equilibrio que ha de presidir el parlamentarismo. Una mirada a la experiencia autonómica no permite modificar la conclusión, aunque sí ofrece algún “activismo” en el intento de introducir reformas.
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