Recibido: 1 julio 2023 | Aceptado: 6 noviembre 2023 | Publicado: 14 diciembre 2023
Cita: Cediel, Y. K. (2023). Relación entre el sexo y las estructuras narrativas en el corpus Preseea-Medellín. Normas, 13, 316-327. doi: https://doi.org/10.7203/Normas.v13i1.27733
GENDER AND NARRATIVE STRUCTURES IN PRESEEA-MEDELLÍN
Universidad de Antioquia– GES.
Resumen
Este texto hace parte de una investigación doctoral acerca de las estructuras narrativas y las estrategias evaluativas utilizadas por los hablantes medellinenses. La metodología es mixta, se trabaja con el subcorpus de narrativas construido para la investigación a partir de la extracción de narrativas presentes en el Corpus Sociolingüístico de Medellín, el cual se enmarca en el proyecto PRESEEA; la unidad de análisis es la cláusula y se tiene como referente principal para el análisis la sociolingüística laboviana. Los resultados obtenidos hasta el momento dan cuenta de la existencia de patrones narrativos diferentes al patrón clásico y la influencia de las variables de sexo, edad, nivel de estudios y clase social en la construcción de las narrativas. En este texto se presentan, exclusivamente, las diferencias, de acuerdo con la variable sexo, entre las estructuras de las narrativas extraídas de la sección de Familia y Amistad de las entrevistas. Se identificaron cuatro patrones narrativos presentes en los textos estudiados, a saber, patrón cronológico, patrón clásico, patrón cronológico con orientación dispersa y patrón cronológico con evaluación dispersa. Se concluye que la variable sexo afecta la estructuración de las narrativas en términos de número de cláusulas, dado que los hombres presentan un promedio más alto que las mujeres, y en patrones narrativos, ya que el patrón cronológico con orientación dispersa solo es usado por las hablantes.
Palabras clave: estructuras narrativas, habla medellinense, sociolingüística variacionista, PRESEEA
Abstract
This text is part of a doctoral research on narrative structures and evaluative strategies used by Medellin speakers. The methodology is mixed, working with a subcorpus of narratives constructed for the research from the extraction of narratives found in the Corpus Sociolingüístico de Medellín, which is part of the PRESEEA project. The unit of analysis is the clause, and the main reference for analysis is Labovian sociolinguistics. The results obtained so far indicate the existence of narrative patterns different from the classical pattern, and the influence of variables such as sex, age, level of education, and social class in the construction of narratives. In this text, only the differences are presented, according to the sex variable, between the structures of the narratives extracted from the Family and Friendship section of the interviews. Four narrative patterns were identified in the studied texts: chronological pattern, classic pattern, chronological pattern with scattered orientation, and chronological pattern with scattered evaluation. It is concluded that the sex variable affects the structuring of narratives in terms of the number of clauses, as men present a higher average than women, and in narrative patterns, as the chronological pattern with scattered orientation is only used by female speakers.
Key words: narrative structures, Medellín, Variationist Sociolinguistics, PRESEEA
1 Este trabajo se enmarca en el proyecto de investigación doctoral “Estructuras narrativas y estrategias evaluativas en el Corpus PRESEEA-Medellín”.
INTRODUCCIÓN
Esta investigación aborda las estructuras narrativas y las estrategias evaluativas utilizadas por los hablantes de español de Medellín, Colombia. El estudio se enmarca en la corriente de la sociolingüística variacionista y busca aportar a la descripción y comprensión de las formas de narrar que tienen los hablantes de esta ciudad, con el fin de contribuir al conocimiento existente sobre las variedades de habla hispana y sobre las narrativas como un elemento clave en las interacciones humanas.
El interés del trabajo es estudiar la correlación entre la variable sexo y la construcción de narrativas y abordar los patrones narrativos en relación con esta variable. En ese sentido, se estudian construcciones extraídas del Corpus Sociolingüístico de Medellín (González- Rátiva, Coord., 2008), el cual cuenta con 119 entrevistas semidirigidas preestratificadas por las variables de sexo, nivel educativo y edad y postestratificadas por la variable de clase social (Andrade, González y Jaramillo, 2008). Este proyecto hace parte del Proyecto para el Estudio Sociolingüístico del Español de España y América (PRESEEA), el cual se ha desarrollado durante veinticinco años con el objetivo de crear un corpus de lengua hablada que sea representativo del mundo hispánico en su variedad geográfica y social, analizar el desarrollo de la variación en el dominio hispanohablante y hacer aportes a la teoría general de la variación y el cambio lingüístico (Moreno Fernández, 2021).
El interés por las narrativas tiene una larga tradición en la sociolingüística (Labov y Waletzsky, 1967; Labov, 1972, 1997, 2004; Moreno Fernández, 1998; Calsamiglia y Tusón, 1999; Soler, 2004; Jiménez, 2006, entre otros), dado que este tipo de textos configuran la realidad social y cultural (Thornborrow y Coates, 2005). En ese sentido, al estudiar las narrativas se hace énfasis en cómo ellas dan cuenta de las interacciones sociales que se establecen entre los hablantes (Volóshinov, 2009[1929]) y, por lo tanto, cómo su construcción responde a factores sociales y estrategias discursivas que inciden en las elecciones realizadas al momento de construir los relatos.
La narración es una función inherente del lenguaje humano y tiene un rol fundamental en la vida cotidiana. Las interacciones sociales incluyen constantemente las narraciones, las cuales tienen características contextuales y culturales. Los relatos contados buscan presentar elementos que ocurrieron en el pasado. Al respecto, las autoras Thornborrow y Coates (2005) plantean que el estudio de las narrativas orales se ha realizado desde diversas disciplinas, lo cual ha contribuido a mostrar la importancia de las narrativas para la especie humana. Asimismo, plantean la importancia de esta forma discursiva, debido a su contribución en la construcción de las realidades a través del lenguaje.
Según Labov y Waletsky (1967), las narrativas tienen dos funciones sociales: 1) referencial, en la cual el narrador le da a la audiencia una información cronológica de un evento o experiencia que sucedió en el pasado y 2) evaluativa, mediante la cual el narrador comunica el significado de su relato al presentar un punto de involucramiento personal. Estos autores propusieron que, a pesar de la diversidad existente en los relatos, había unos elementos comunes que caracterizaban a este género, a saber: el resumen, la orientación, la complicación de las acciones, la evaluación, la resolución y la coda.
A continuación, desde la adaptación realizada por Guerrero (2017: 64-65) de la teoría de Labov y Waletsky (1967: 354-396) y Labov (1972: 360), se explica cada una de las secciones que componen una narrativa: 1) Resumen: este rasgo no aparece en el artículo de [Labov y Waletsky] 1967, sino que es posterior. Las narrativas se introducen, aunque no siempre, a través de un resumen que, generalmente, consiste en una proposición general que la narración va a ejemplificar. 2) Orientación: una narrativa prototípica comienza haciendo referencia a un tiempo, un lugar, unas personas y una conducta esperada en cierta situación. 3) Acción de complicación de la narrativa: corresponde al núcleo o esqueleto de la narración en el que aparecen los distintos eventos narrados, constituyendo, de esta forma, el clímax del relato. 4) Evaluación: esta sección es utilizada por el narrador para validar su historia, es decir, para dejar en claro cuál es la razón de ser de su relato y su meta al narrarlo. De este modo, la evaluación marca la parte central o informativa de un relato, aunque puede ser transversal a este. La evaluación no constituye estrictamente una parte, sino que está conformada por todos los fragmentos en que el narrador utiliza medios que hacen de la historia un relato interesante. 5) Resultado o resolución: la resolución dice lo que ocurrió finalmente, es decir, corresponde al término del relato de una serie de eventos, por lo tanto, está marcado, la mayoría de las veces, por cláusulas narrativas; de hecho, en el desenlace aparece la última de ellas. 6) Coda: se trata de la moraleja. Generalmente, una cláusula narrativa lleva implícita una pregunta “y entonces, ¿qué ocurrió?”. Cuando las preguntas que van surgiendo quedan respondidas, puede aparecer la coda, con la que narrador regresa al presente, haciéndole saber a su oyente que la narración ha concluido.
En estudios posteriores, autores como Peterson y McCabe (1983) realizaron propuestas frente a otras estructuras posibles en las narrativas. El estudio mencionado se concentra en la caracterización de las narrativas infantiles y, a partir de su análisis, propone siete formas diversas de estructurar la narración de una experiencia personal. Dentro de este trabajo, la estructura propuesta por Labov y Waletzky (1967) se denomina patrón clásico, como segunda forma está el patrón terminado en el clímax, el cual no cuenta con una resolución; la tercera estructura es el patrón de salto de rana, en el que no hay una secuencia clara entre los eventos contados; la cuarta es el patrón cronológico, donde hay una ausencia de evaluación, orientación y clímax; la quinta forma es el patrón empobrecido en el que los infantes no realizan una narración lo suficientemente extensa como para tener una estructura determinada; el sexto patrón es el desordenado o incoherente que, similar a la estructura anterior, es demasiado confuso; y, por último, se ubica el patrón misceláneo, el cual no puede ser categorizado como ninguno de los anteriores.
Con base en los elementos mencionados anteriormente, se presenta una propuesta de definición de la narración que resulta relevante para este trabajo. Hess (2003) plantea que, desde el punto de vista lingüístico, la narración posee dos características intrínsecas, una de carácter discursivo-textual y otra en relación con su contenido. Así, para la autora, la secuencia temporal de dos o más eventos corresponde a la primera característica y la ruptura con lo canónico o esperado a la segunda. La secuencia temporal se identifica a través de la presencia de verbos que denoten acontecimientos diferentes y la ruptura de la canonicidad se muestra a través del rompimiento del equilibrio cotidiano de las cosas. Según Hess (2003) esta ruptura puede equipararse a lo que Labov y Waletsky (1967)
denominan complicación. La definición de narración que propone la autora corresponde a la siguiente: “un texto que posee necesariamente una secuencia temporal y una ruptura de la canonicidad y, de manera opcional, la expresión de opiniones personales sobre lo narrado” (p. 39). Uno de los aspectos que se resaltan de este planteamiento es la inclusión de la evaluación como un elemento opcional, pero representativo de las narraciones.
Sobre esta temática de las estructuras narrativas se han realizado varias exploraciones en el ámbito hispánico, entre ellas se encuentran los estudios de Reyes (1996), quien realiza un estudio de los patrones narrativos en Monterrey, México; el trabajo de González y Henríquez (2004), que analizó narraciones de La Guajira, Colombia, a través de la revisión sintáctica de las cláusulas que las componen; la investigación de Guerrero (2011), que se centra en las diferencias de género en los patrones narrativos, con un corpus de 64 relatos de jóvenes de Santiago de Chile; el trabajo de grado de Vargas (2021), quien estudia la estructura narrativa en relatos orales en Puebla, México; y el estudio de Blanco (2021), que aborda las variables de sexo y nivel de instrucción en la construcción de las narraciones en el corpus PRESEEA-Cartagena, Colombia. Sin embargo, en la revisión bibliográfica realizada no se encontraron trabajos que abordaran las estructuras narrativas del habla medellinense, por lo que esta investigación pretende contribuir a dicha descripción y análisis con el fin de aportar a los estudios sobre la diversidad existente entre las variedades del español.
Metodología
La metodología de esta investigación es de carácter mixto, dado que se trabaja con la frecuencia de cláusulas que aparecen en las seis secciones de las narraciones y, al mismo tiempo, se busca realizar una interpretación de los usos que hacen los hablantes de las diversas estructuras narrativas. El subcorpus de las narrativas extraídas del Corpus Sociolingüístico de Medellín (González-Rátiva, Coord., 2008) cuenta, actualmente, con 402 narraciones, las cuales se han organizado por turnos de habla, entre el entrevistador y el hablante, para un total de 1 209 turnos. Cabe resaltar que estas narraciones se clasifican entre aquellas que son resultado de elicitación y aquellas que son producidas de forma espontánea por el hablante en medio de la respuesta a una pregunta que buscaba elicitar otro tipo de género.
Si bien en este trabajo solo se aborda la variable sexo, es importante explicar cómo se organiza el Corpus Sociolingüístico de Medellín, dado que las entrevistas que lo componen fueron realizadas bajo la guía metodológica del proyecto PRESEEA (Moreno Fernández, 2003), por lo que se constituyen como entrevistas sociolingüísticas semidirigidas, preestratificadas por edad en cuatro generaciones: generación joven (15-19 años), primera generación (20-34 años), segunda generación (35-55 años) y tercera generación (56 años o más). Cabe aclarar que la Generación Joven no se tiene en cuenta en este trabajo, dado que es una particularidad del corpus de Medellín. Así mismo, las entrevistas se dividen según el sexo entre hombres y mujeres y, según el nivel educativo, entre educación primaria, secundaria o superior. Por último, se postestratifican según la clase social, en popular, media y media-alta (Tabla 1). Las entrevistas se dividen en nueve secciones, a saber: saludos, el tiempo, lugar donde se vive, familia y amistad, costumbres, peligro de
muerte, anécdotas importantes en la vida, deseo de mejora económica y final (Moreno Fernández, 2021:18-19).
Tabla 1: Descripción del Corpus PRESEEA-Medellín. Elaboración propia
En este trabajo se analizan las narrativas que surgen en la sección de “Familia y Amistad”, dado que es la primera parte de la entrevista en la cual se pretende elicitar de forma directa una narración de experiencia personal a través de la pregunta “¿Cómo conoció a su esposo/a?”. En ese sentido, si bien aparecen narrativas no elicitadas en secciones previas de la entrevista, las que se muestran en este texto corresponden en su totalidad a relatos producto de una pregunta directa del entrevistador. La selección de la muestra de narrativas correspondió a la elección aleatoria de una narrativa por cada cruce posible entre las variables, es decir, se esperaba una muestra de 54 narrativas. Sin embargo, debido a la naturaleza del corpus, existen cruces en los que no hay ninguna entrevista realizada; por ejemplo, mujeres con educación primaria y de clase media-alta. Adicionalmente, también existen grupos, como la primera generación etaria de las mujeres, donde no hay una narración de experiencia personal en la sección analizada de la entrevista. Ante estas ausencias, con el fin de garantizar que los datos fueran comparables, se extrajeron solo aquellas intersecciones donde se contaba con una narrativa de un hablante hombre y una de una hablante mujer. Una vez realizados estos filtros se trabaja con una muestra de 26 narrativas, 13 de hombres y 13 de mujeres.
La unidad de análisis de esta investigación es la cláusula, la cual ha sido definida de diversas formas en los estudios lingüísticos (Biber y Gray, 2010; Biber, Johansson, Leech, Conrad y Finegan, 1999; Huddleston, 1984; Hess, 2003; Labov, 1979, 1988; Labov y Waletsky, 1967; Lope Blanch, 1979; Moskowich, 1995, entre otros) y, para este trabajo en particular, se entiende como una unidad nocional con un verbo conjugado con valor de pasado, cuyo predicado sea unificado y haga referencia a un evento único, adicionalmente, se utilizan los criterios propuestos por Hess (2003) con el fin de identificar de forma clara las cláusulas que pueden aparecer en habla hispana.
La investigación propone el uso de una plantilla de descripción para cada una de las cláusulas extraídas. La plantilla incluye la clasificación de los recursos evaluativos que existen en cada una de ellas. En este artículo solo aborda la clasificación de las unidades en términos estructurales, por lo que se trabaja con la subsección de la plantilla que se presenta en la Tabla 2.
Tabla 2: Sección de clasificación estructural de las cláusulas. Elaboración propia
Los resultados del trabajo se muestran en frecuencias absolutas cuando se hace referencia al número de cláusulas que componen cada una de las narraciones y en frecuencias relativas cuando se realiza la descripción acerca de la composición y las estructuras narrativas que se encuentran en este estudio.
Resultados
Esta sección presenta los resultados del estudio en tres etapas: primero, la frecuencia de cláusulas; segundo, la estructura de las narrativas en la sección “Familia y Amistad”, la cual se presenta diferenciada, especialmente, por el sexo; y tercero, los patrones narrativos identificados en este estudio.
La frecuencia de las cláusulas es un elemento importante para identificar la forma en la que los hablantes de una variedad relatan las historias. En el caso de Medellín, resulta relevante en tanto puede aportar a la descripción de aspectos culturales, dado que una de las características que se les ha atribuido a las personas de esta zona del país es su profusa oralidad (Arango, 2012, septiembre 2; Fajardo, 1966; Giraldo, 2009).
Sobre la frecuencia de las cláusulas que aparecen en las narraciones asociadas a la sección de “Familia y Amistad”, se identificó una amplia dispersión de los datos. En ese sentido, en las mujeres se encuentra un rango entre 4 y 30 para la construcción de los relatos y en los hombres un rango entre 10 y 18 cláusulas. Un ejemplo de una de las narrativas extraídas es la historia de PRESEEA-Medellín_M22_1_N12 (González-Rátiva, Coord., 2008:6), quien responde:
2 La codificación de las entrevistas inicia con una letra que puede ser H o M que indica el sexo del hablante (H: hombre, M: mujer); el número contiguo corresponde a la edad, por lo que se puede ubicar en 1, 2 o 3, dependiendo de la generación a la que pertenezca; posteriormente, se ubica la clase social del hablante en 1, 2 o 3, siendo 1 clase popular y 3 media-alta y, por último, se añade N para hacer referencia a la narración o narrativa y el número que corresponde al orden de aparición en cada una de las entrevistas.
en el centro de Medellín, lo conocí, yo estaba trabajando y estaba esperando un cliente que me atendiera en la fiscalía, yo vendía música, y entonces estaba haciendo tiempo para poder que me atendiera el fiscal y me senté en una en un sitio a tomarme un fresco y, y lo, lo vi pasar y ahí nos conocimos.
Como se puede ver en el ejemplo, este relato de una hablante corresponde a la expresión de una experiencia personal, contada en primera persona, que incluye constituyentes de la narración como la sección de la orientación y la complicación. Sin embargo, es una historia corta, lo cual constituye una muestra de los resultados encontrados en este trabajo, donde las mujeres tienen un promedio de 10,73 cláusulas por narración y los hombres un promedio de 15 cláusulas. Esta diferencia en el promedio de cláusulas por narración va en contravía de la percepción de los hablantes que suelen indicar que las mujeres hablan más que los hombres (Méndez, 2014). Sin embargo, se debe tener en cuenta que las entrevistas semidirigidas no registran el habla informal, por lo que es posible que estos datos correspondan a registros formales o semiformales, de acuerdo con su ubicación en la primera sección de la entrevista.
La distribución de estas cláusulas en las secciones de la narración permite identificar cuáles son las secciones a las que los hablantes les atribuyen una mayor relevancia al momento de contar una historia. En las Figuras 1 y 2 se muestra la distribución encontrada en mujeres y hombres según el número de cláusulas que se ubican en cada una de las secciones.
Figura 1: Estructura de las narrativas de la sección “Familia y Amistad” del PRESEEA-Medellín producidas por mujeres
Figura 2: Estructura de las narrativas de la sección “Familia y Amistad” del PRESEEA-Medellín producidas por hombres
La distribución de las cláusulas en las narraciones de los dos sexos presenta diferencias que se muestran a continuación. En cuanto al resumen, se encuentra que en las mujeres la composición de esta sección está dada por el 6 % de las cláusulas, mientras que en los hombres solo un 1 % de las cláusulas componen esta sección. Sobre la orientación, en ambos sexos esta corresponde a la sección más amplia del relato, dado que en las mujeres cuenta con un 42 % de las cláusulas y en los hombres con un 53 % de las mismas. Posteriormente, se encuentra que la complicación corresponde a la segunda sección con mayor número de cláusulas en ambos sexos, representando el 29 % para las mujeres y el 20 % para los hombres. Luego, se encuentra la evaluación que es más alta en hombres con un 10 % y menor en mujeres con un 5 %. Finalmente, se encuentra que la resolución es mayor en mujeres con un 16 %, frente a un 11 % en los hombres, quienes tienen una coda más amplia con un 4 % en relación con el 2 % hallado en mujeres.
Por último, con base en la segmentación de los relatos en cláusulas y en la codificación de cada una de ellas se buscó establecer el tipo de patrones narrativos que existen en esta sección de la entrevista semidirigida. Para ello se tomó como referencia el trabajo de Peterson y McCabe (1983) sobre los patrones narrativos y se buscó clasificar cada una de las historias en las categorías definidas por los autores. Luego, al identificar que una cantidad significativa de los relatos se ubicaron en el patrón misceláneo, se hizo un análisis detallado de la estructura de cada uno de ellos con el fin de identificar regularidades que nos permitieran proponer una categoría donde pudiesen agruparse. Los resultados de este trabajo dieron lugar a la identificación de dos patrones narrativos propios de esta variedad de habla, a saber: el patrón cronológico con orientación dispersa y el patrón cronológico con evaluación dispersa.
El patrón cronológico fue descrito por Peterson y McCabe (1983) como aquel en el que los eventos se narran como una cadena de sucesos y se cuentan desde el hecho más antiguo hasta el más reciente, es decir, como una descripción secuencial de los eventos. En las narraciones analizadas se encontró que, en la variedad de Medellín, existe un patrón en el cual los eventos se cuentan en orden cronológico y, además, en medio de esta secuencia se añaden cláusulas de orientación, las cuales no se agrupan en una sola sección, sino
que son presentadas por el hablante a medida que avanza en su narración. Este tipo de cláusulas interrumpe el orden secuencial de los hechos, por lo que se separa del patrón cronológico, pero la interrupción cuenta con la característica de ser orientadora. Otro tipo de patrón identificado es el patrón cronológico con evaluación dispersa que presenta características similares al anterior con una diferencia que radica en que las cláusulas que interrumpen la secuencia de los hechos tienen el objetivo de evaluar lo que se está contando.
Una vez identificados estos patrones, se procedió a realizar la clasificación de su aparición según el sexo de los hablantes, con el fin de encontrar si esta variable resulta significativa para la organización estructural de los relatos. Los resultados se presentan en las Figuras 3 y 4.
Figura 3: Patrones narrativos en los relatos de mujeres
Figura 4: Patrones narrativos en los relatos de hombres
Tal y como puede verse en los gráficos, sí existen diferencias según el sexo al momento de estructurar las narraciones. En ese sentido, solo en las mujeres se encontró la presencia del patrón cronológico con orientación dispersa. Así mismo, en ambos géneros el patrón cronológico es el más utilizado, seguido de los patrones clásico y cronológico con evaluación dispersa. No se identificaron, en esta sección de la entrevista, historias con otro tipo de patrones que han sido descritos en la literatura, como el patrón terminado en punto alto o el patrón de salto de rana.
La existencia del patrón cronológico con orientación dispersa como una característica exclusiva de las mujeres es un elemento que será analizado a profundidad, pero que se perfila como una marca de interés por el interlocutor y una forma de mantener la atención en el relato que se narra. Cabe destacar que, al revisar las cláusulas de orientación en cada una de las 26 narrativas estudiadas, se encuentran diferencias en cuanto al contenido semántico de estas unidades.
De acuerdo con lo anterior, se identificó que la orientación en los relatos masculinos se incluye dentro de las descripciones clásicas de lugar donde suceden los hechos y ubicación temporal de los mismos. Mientras que en los relatos femeninos aparecen estos elementos y están acompañados, en muchas ocasiones, de cláusulas con un sentido de justificación, donde se indica por qué el hablante se encontraba en este lugar y en ese momento específicos. Un ejemplo de este tipo de cláusula puede verse en la narración de PRESEEA-Medellín_M22_1_N1, donde se encuentra que este relato, compuesto por 10 cláusulas y un patrón cronológico, cuenta con siete cláusulas de orientación, ubicadas entre la 2 y la 8:
En el centro de Medellín lo conocí
yo estaba trabajando
y estaba esperando un cliente
que me atendiera en la fiscalía
yo vendía música
y entonces estaba haciendo tiempo
para poder que me atendiera el fiscal
y me senté en una en un sitio a tomarme un fresco
y y lo lo vi pasar
y ahí nos conocimos
El sentido de las cláusulas de orientación del ejemplo anterior refleja que el interés no es solo hacer una ubicación espacio-temporal del relato, sino explicitar las razones por las que la hablante se encontraba en el lugar el día que conoció a su esposo. Este sentido no ha sido identificado en las cláusulas de orientación de las narraciones masculinas, lo cual permite generar la hipótesis de que las formas que existen en la orientación de los relatos presentan diferencias de acuerdo con el sexo del hablante.
Finalmente, se puede ver que los hablantes analizados le otorgan una gran relevancia a la ubicación de su relato, dado que la amplia presencia de la orientación puede dar cuenta de un interés marcado en que su interlocutor, en estos casos, el entrevistador, comprenda de forma clara la historia que se cuenta, por lo que la profusión de cláusulas de orientación puede ser una señal de intersubjetivización.
Conclusiones
Este trabajo presenta un estudio sobre las estructuras narrativas y las estrategias evaluativas en el Corpus Sociolingüístico de Medellín. Se analizaron 26 narrativas extraídas de la sección de “Familia y Amistad” de la entrevista semidirigida. En el estudio se encontraron diferencias en el número de cláusulas en las narrativas de hombres y mujeres, concluyéndose que los hombres tienden a utilizar más cláusulas por relato que las mujeres. También se analizó la organización de las cláusulas según los segmentos de las narraciones propuestos por Labov (1988), encontrando diferencias entre hombres y mujeres en la construcción de los relatos y en la distribución de las cláusulas en cada una de las secciones.
Como resultado del análisis, se identificaron cuatro patrones narrativos: el cronológico, el clásico, el cronológico con orientación dispersa y el cronológico con evaluación dispersa. Los patrones cronológico y clásico ya habían sido descritos en la literatura (Peterson y McCabe, 1983), mientras que los otros dos son subdivisiones que se encontraron en los relatos misceláneos. Además, se encontró que el patrón cronológico con orientación dispersa, en esta variedad de habla, solo fue utilizado por mujeres.
De acuerdo con el hallazgo anterior, se realiza una profundización en la sección de orientación de las 26 narrativas y se plantea una hipótesis sobre el sentido de estas cláusulas en los relatos analizados, sugiriendo que la orientación masculina se enfoca en la ubicación espacio-temporal del relato, mientras que la femenina incluye estos elementos pero también enfatiza en la justificación de la presencia de la hablante en el espacio donde ocurre la historia. Cabe aclarar que esta hipótesis será contrastada con el análisis de las narrativas extraídas de otras secciones de la entrevista; así mismo, se realizará un estudio con base en la influencia de las variables edad, clase social y nivel educativo en el sentido de la sección de la orientación con el fin de encontrar si son significativas o si es solo una característica determinada por la variable de sexo.
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