La Educación superior durante la pandemia de COVID-19 en Brasil: factores que influyeron en la participación de los estudiantes


Universidade Federal de Paraíba, Joao Pessoa, Brasil
Universidade Federal de Pernambuco, Caruaru, Brasil
Universidade de Pernambuco, Recife, Brasil

Resumen

La pandemia del Coronavirus afectó desde principios de 2020, en todos los ámbitos sociales. En Brasil, este hecho no fue diferente. La COVID-19, implicó la puesta en marcha de medidas de aislamiento social, y exigió una readaptación de la vida, de las condiciones de trabajo y, en consecuencia, de las condiciones de los trabajadores y usuarios de servicios públicos para poder acceder a esos servicios. En el ámbito educativo, creó nuevas desigualdades sociales derivadas de la falta de acceso de docentes y estudiantes a tecnologías, herramientas y programas. Por otra parte, se detectaron problemas relacionados con la salud, problemas financieros a causa del desempleo y se hizo evidente la inexistencia de políticas que redujeran la jornada laboral, entre otras cuestiones. Ante esta realidad, la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE), la Universidad Federal de Paraíba (UFPB) y la Universidad de Pernambuco (UPE), ubicadas en el nordeste de Brasil, desarrollaron una investigación interinstitucional sobre los factores que influyeron en la participación de estudiantes de pregrado en clases a distancia durante el período de aislamiento social. En ese sentido, este artículo tiene como objetivo presentar resultados parciales de esta investigación relacionados con el perfil del alumnado y las infraestructuras de las que disponían estos estudiantes para su participación en clases a distancia de sus respectivas carreras de grado.

Palabras clave

clases a distancia, pandemia, políticas de educación superior, acceso y permanencia, tecnologías

Abstract

In early 2020, when the coronavirus pandemic began to affect every area of society, the situation in Brazil was no different from that of other countries. Covid-19 brought the implementation of social isolation measures and led to readjustments in living and working conditions. In turn, this led to readjustments in the conditions of employees and users of public services who wished to access those services. In education, it also created new social inequalities resulting from teachers and students’ lack of access to the technologies, tools and programmes they needed. Other issues detected were health and financial problems due to unemployment as well as a lack of policies aimed at reducing the number of working hours. In view of this, the Federal University of Pernambuco (UFPE), the Federal University of Paraíba (UFPB) and the University of Pernambuco (UPE), all of which are located in the northeast of Brazil, carried out an inter-institutional study of factors that influenced the participation of undergraduate students in online classes during the period of social isolation. The aim of this article is to present the partial results from this study in relation to student profile and the infrastructure available to those students to aid their participation in the online classes taught on their respective degree programmes.

Keywords

Remote clases, Pandemic, Higher education policies, Access and permanence, Technologies

Resum

La pandèmia del coronavirus afectà des de principis de 2020 tots els àmbits socials. Al Brasil, aquest fet no va ser diferent. El COVID-19 va fer prendre mesures d’aïllament social i exigí una readaptació de la vida, de les condicions de treball i, en conseqüència, de les condicions dels treballadors i els usuaris de serveis públics perquè pogueren accedir a aquests serveis. En l’àmbit educatiu, creà noves desigualtats socials derivades de la falta d’accés de docents i estudiants a tecnologies, eines i programes. D’altra banda, es van detectar problemes relacionats amb la salut i problemes financers a causa de la desocupació, i es va fer evident la falta de polítiques que reduïren la jornada laboral, entre altres coses. Davant d’aquesta realitat, la Universitat Federal de Pernambuco (UFPE), la Universitat Federal de Paraíba (UFPB) i la Universitat de Pernambuco (UPE), totes elles del nord-est del Brasil, feren una investigació interinstitucional sobre els factors que influïren en la participació dels estudiants de pregrau en classes a distància durant el període d’aïllament social. Aquest article té l’objectiu de presentar resultats parcials d’aquesta investigació relacionats amb el perfil dels alumnes i les infraestructures de què disposaven per a participar en classes a distància de les seues respectives carreres de grau.

Paraules clau

classes a distància, pandèmia, polítiques d'educació superior, accès i permanència, tecnologies

Notas de Aplicación Práctica

Qué se sabe sobre el tema

  • Como consecuencia de la pandemia por COVID-19 las clases a distancia se implementaron sustituyendo las clases presenciales para que el proceso de enseñanza y aprendizaje no se paralizara por completo y se garantizara el derecho a la educación de los estudiantes

  • Muchos estudiantes de educación superior, en situación de vulnerabilidad social, se vieron perjudicados por el acceso y la permanencia en clases remotas.

Qué aporta este trabajo

  • Presenta una discusión sobre la necesidad de conocer el perfil de los estudiantes de licenciatura en el noreste de Brasil y la infraestructura que tienen para las clases remotas

  • Las políticas públicas de afirmación en las universidades son necesarias e importantes para numerosos estudiantes de licenciatura.

Implicaciones para la práctica y/o política

  • Posibilita el conocimiento por parte de las instituciones de educación superior sobre la situación socioeconómica de los estudiantes de licenciatura.

  • Aporta datos e información importantes para instrumentalizar las políticas de afirmación pública en las universidades públicas.

INTRODUCCIÓN Y REVISIÓN DE LA LITERATURA

La pandemia de la COVID-19 no solo afectó la estructura económica de la sociedad, sino principalmente a personas que vieron sus vidas cambiadas como consecuencia de un virus que provocó la muerte de gentes de todas las edades. El aislamiento social, un mal necesario, se determinó como una medida necesaria para reducir el contagio con el fin de evitar la expansión de la enfermedad. Esta medida, aunque necesaria, supuso un perjuicio para diversos sectores entre ellos la educación y también para muchas personas, que desarrollaron como consecuencia problemas psicológicos y emocionales.

Por otra parte, se agravaron las diferencias y desigualdades sociales de los estudiantes matriculados en educación superior, ante la necesidad de estar conectados ya que vieron trasladada su docencia presencial hacia clases digitales, o clases a distancia.

La imposibilidad en algunos casos de adquisición de equipos como portátiles, tabletas, dispositivos de telefonía móvil; internet, o la inexistencia de espacios físicos adecuados en las residencias para asistir a clases o de recursos tecnológicos digitales, como programas y aplicaciones; o procesos de capacitación adecuados para el manejo, contacto y participación en las tecnologías digitales utilizadas son factores identificados como problemáticos que hicieron imposible la realización de actividades escolares y laborales (Alves, 2020; Fernandes-da-Silva, Marques-Pereira, Oliveira, Surdi, & de-Araújo, 2020; Oliveira-Miranda, Silva-Lima, Machado-de-Oliveira, & Silva-Telles, 2020).

Investigaciones como las de Cavichiolo (2019); Macedo (2017); Passos (2020), señalan que los alumnos de las universidades públicas necesitan contar con políticas afirmativas que favorezcan la permanencia y permitan la realización de cursos que propicien la asistencia del alumnado y su supervivencia en la universidad.

En este sentido, es necesario conocer la realidad de los estudiantes. Según Nunes (2016), lo que les preocupa es su permanencia en el ciclo de la educación superior, dentro del ámbito de las políticas de afirmación. En esta perspectiva, hacemos referencia a los estudios deSantos (2009) quien entiende la permanencia bajo dos dimensiones: una material, y otra simbólica. Passos (2020) explica que:

A permanência material se refere às condições reais de frequentar o curso, no sentido de possuir recursos financeiros para custear alimentação, transporte, materiais didáticos. No sentido simbólico, o conceito se refere à presença do aluno cotista, grupo historicamente excluído, em um espaço antes ocupado, majoritariamente, por um outro grupo social 1

(2020, 21)

Así, el proceso de permanencia se basa en “elementos de la vida cotidiana, dificultades, estrategias, cultura material y simbólica” (Passos, 2020) que, desde la perspectiva de las condiciones de participación de los estudiantes de educación superior, se convierte en algo necesario ante la pandemia de la COVID-19 y la clase remota, en un contexto de excepcionalidades, para la realización del derecho a la educación.

Las políticas públicas de afirmación del acceso y la permanencia de los estudiantes de las universidades públicas se venían fortaleciendo en la educación superior, haciendo posible así “el ingreso de grupos históricamente excluidos porque no son capaces de competir, debido a la situación socioeconómica y la forma en que tradicionalmente se realizaba la selección para el ingreso universitario” (Passos, 2020). En este contexto de exclusión doblemente existente, los estudiantes de clases sociales no privilegiadas no tenían las condiciones necesarias para el acceso y la permanencia material y simbólica (Santos, 2009).

Existe entre los académicos el acuerdo de que se ha avanzado hacia el reconocimiento de la educación como un derecho humano, de acuerdo con el Plan Nacional de Educación en Derechos Humanos, y esta se ha constituido en primordial para la formación y construcción de la ciudadanía, y las políticas de acción afirmativa, como el Examen Nacional de Bachillerato y la asistencia estudiantil, han favorecido el ingreso y la permanencia de los estudiantes egresados de las escuelas públicas en educación superior. En la actualidad, las políticas educativas se han visto limitadas por la Enmienda Constitucional No. 95 1, aprobada por el Congreso Nacional de Brasil, que establece límites presupuestarios a la implementación de políticas públicas de educación y salud, de una manera específica, “haciéndonos creer que los ajustes y la limitación de derechos son inevitables y que las pérdidas serán compartidas por todos. Pero son las clases trabajadoras las que pagan el precio de esta crisis” (Silva & Ruiz, 2020).

En este contexto, la imposición de límites económicos a la educación, impide el acceso y permanencia del alumnado. Las condiciones de infraestructura del medio físico existentes, el material didáctico, y la valorización de la docencia y la investigación son elementos importantes para asegurar la educación como un derecho humano imprescindible para la constitución de la ciudadanía y el reconocimiento de que esta es importante para el desarrollo social y económico.

Además de este contexto de reducción del gasto público, en Brasil, vivimos una crisis de salud global, agravada por la pandemia de la COVID-19, que impuso una nueva situación y otro ritmo de información (Souza, 2020). La COVID-19 acentuó problemas ya existentes en Brasil, como las desigualdades sociales, tecnológicas y culturales, que afectaron especialmente a clases sociales con una situación económica frágil, la crisis en el sistema de salud pública, y esa otra crisis económica y política que atraviesa Brasil desde la salida de la presidenta Dilma Rousseff en 2016.

En cuanto al aspecto tecnológico, la Pesquisa Nacional por Amostra de Domicílios Contínua (IBGE, 2020) apuntaba que el 98,7% del acceso a Internet en los hogares se produce a través de dispositivos celulares frente al 0,9% de los hogares que acceden a través de ordenadores, lo que nos permite inferir que existen claras limitaciones para el acceso y participación de estudiantes a clases en línea.

La pandemia ha provocado que parte de la sociedad civil se vea marginada al no contar con trabajo, o posibilidades de estudio que permitan a los niños y jóvenes acceder a las tecnologías necesarias para sobrellevar esa nueva situación.

 La COVID 19 ha provocado la muerte de más de 665.000 personas en Brasil, de acuerdo con los datos oficiales del Ministerio de Salud de Brasil 2 . Para Silva et al. (2020), aunque la COVID-19 se presenta como una enfermedad democrática porque afecta a la población sin considerar raza, color, religión o clase social, principalmente conlleva una situación de sufrimiento, exclusión y violencia para la clase trabajadora.

Durante el período de pandemia en Brasil, especialmente, en tres escuelas primarias y secundarias públicas de Ceará, Paraíba y Rio Grande do Norte, de entre los estudiantes que accedieron a actividades remotas durante este período, el 66,80% no encontró dificultades para realizar estas actividades. El 85,00% no tenía internet en casa, el 10,00% indicó que su teléfono móvil no contaba con acceso a internet, y el 5,00% decía no tener ningún dispositivo electrónico con el que acceder a Internet. De esta forma tenían problemas para acceder al material didáctico enviado por los profesores, y dificultad para enviar las actividades cuando así lo solicitaban los docentes. Estos autores señalan que esas dificultades ocurrían porque no sabían como descargar materiales o porque el ordenador o teléfono móvil no resultaba compatible. Aun así, el 46,00% de los estudiantes apuntó que le resultaron ‘interesantes’ las clases a distancia durante el período de pandemia”. Así, apuntaban que:

Apesar do avanço tecnológico e de sua maior acessibilidade as camadas sociais menos afortunadas, a exemplo da internet, presente em 67% dos domicílios brasileiros, e do smartphone, utilizado por 56% dos usuários como único dispositivo para acessar a rede (IBGE, 2021), percebe-se claramente a desigualdade social existente no Brasil, tanto no acesso as tecnologias como nos conhecimentos básicos necessários para usufruir destes 3

(Silva & Ruiz, 2020, 63)

Sus resultados son coincidentes con los de Oliveira-Miranda et al. (2020), quienes buscaban identificar las principales dificultades que docentes y estudiantes habían encontrado en relación a las clases a distancia ofrecidas por instituciones públicas. En los resultados de la investigación, los autores destacan que, entre los equipos disponibles, el móvil es el más utilizado por la mayoría de los estudiantes, mientras que el ordenador y la tableta se reportan como poco empleados. En este sentido, analizan que: “[…] poucos têm acesso à internet e as suas tecnologias, ocasionando desigualdades 4 ” (Oliveira-Miranda et al., 2020).

Por lo tanto, estamos de acuerdo con las afirmaciones deSilva & Ruiz (2020, 2) de que:

A pandemia de COVID-19 não é a causa da crise do neoliberalismo como modelo econômico. É, ela mesma, uma crise de natureza neoliberal: revela ao mundo a insustentabilidade, a injustiça e a crueldade do capitalismo neoliberal e as ruínas que deixa pelo caminho. 5

Esta es la situación que se encontró en el país, tanto entre estudiantes de educación básica como en estudiantes de educación superior, una situación en la que las clases remotas se constituyeron en modalidades síncronas y asincrónicas, mediadas por plataformas con términos y herramientas que hasta ese momento no habían formaban parte de la vida cotidiana de los estudiantes y profesores brasileños. Dada la situación de desigualdad estructural existente, se requirió tiempo, concentración, dedicación, estructura y responsabilidad; además de conocimientos en herramientas digitales como Teams (Microsoft), Google Class, Google Meet, entre otros, utilizados por instituciones educativas, o por profesores y también las aplicaciones que los involucran con los contenidos, actividades, lecturas y escritos correspondientes (Gomes, 2020) .

METODOLOGÍA

La presente investigación tiene como base el enfoque cuanti-cualitativo, de carácter exploratorio. Siguiendo a López-Jiménez, Barrios-Salinas, Salgado, & Cortés-Solís (2010, 134):

[...] la investigación científica se ha servido tanto de los enfoques cuantitativos como cualitativos para aproximarse a dicho conocimiento, y ha implementado metodologías con ambas perspectivas que apoyan su desarrollo. Tales formas de indagación representan dos visiones del mundo.

En esta dirección, los procedimientos se desarrollaron en el ámbito de la investigación survey realizada a través de Internet. Este tipo de método también se conoce como survey web (Valadares-Cendón, Ribeiro, & Chaves, 2014). Estas autoras recomiendan su uso con poblaciones específicas con conocimiento sobre el tema encuestado, es decir, para comunidades internas. Survey web puede entenderse como una encuesta clásica, pero se aplica virtualmente, y su cuestionario es digital. Por lo tanto, la elección de este método se justifica mucho más por el contexto de pandemia en el que tanto Brasil como el resto del mundo se encontraba.

SegúnFonseca (2002, 33):

“[...] puede denominarse obtención de datos o información sobre las características, acciones u opiniones de un grupo particular de personas, indicados como representantes de una población, utilizando un instrumento de investigación, generalmente un cuestionario”.

En esta dirección, elegimos un cuestionario con respuestas de múltiples opciones, dividido en tres secciones: perfil de los licenciados, infraestructura para clases remotas y política de condiciones de acceso y permanencia. El cuestionario fue elaborado con ayuda de Google Forms y sus enlaces fueron enviados a estudiantes de diferentes grados. La encuesta fue respondida por 507 estudiantes de 17 cursos de licenciaturas de las siguientes universidades: la Universidad Federal de Pernambuco (Centro Académico de Agreste-CAA), ubicada en el municipio de Caruaru; la Universidad Federal de Paraíba, Campus I, ubicada en el municipio João Pessoa y la Universidad de Pernambuco, Campus de Recife y Mata Norte, en el municipio de Nazaré da Mata.

Para ello, se contó con la ayuda de colegas de departamentos, coordinadores y secretarias de los cursos quienes difundieron la encuesta. La elección de los cursos se realizó de acuerdo a dos motivos principalmente. Por un lado, que los investigadores son también licenciados y ejercen docencia en el proceso de formación inicial del profesorado en cada una de sus respectivas universidades. En segundo lugar, que la docencia de esas universidades en ese momento, se estaba llevando a cabo en formato digital exclusivamente y a través de las siguientes plataformas: Google Meet, Zoom, Moodle, es decir, en ambientes virtuales de aprendizaje (AVA).

Dada la realidad que estábamos viviendo de clases en formato remoto, que se planteó a profesorado y alumnado a partir del 17/03/2020 en todo Brasil, partimos de la hipótesis de que no había formación y condiciones tecnológicas y sociales para llevar a cabo este tipo de actividad pedagógica, en especial, por parte de los estudiantes.

El análisis de las respuestas de los encuestados se orientó a la luz del análisis de contenido, recomendado por Bardin (2011), confrontado con otros estudios en cumplimiento de los procedimientos de análisis guiados por el autor, en particular, la exploración del material recogido, su tratamiento e interpretación, de modo que,

Los resultados brutos se tratan de tal manera que son significativos (hablantes) y válidos. [...]. El analista, teniendo a su disposición resultados significativos y fieles, puede entonces proponer inferencias para avanzar en interpretaciones sobre los objetivos previstos, o que se refieren a otros descubrimientos inesperados.

Bardin (2011, 131)

Así, los resultados del análisis de las condiciones socioeducativas del estudiantado universitario ofrecen una muestra de la condición real de estos, los cuales resultaron afectados por el imperativo del empleo de clases totalmente remotas.

ANÁLISIS Y RESULTADOS

Desde marzo de 2020, los estudiantes de universidades públicas (federales y estatales) y privadas vieron paralizadas sus clases y otras actividades, que posteriormente serían retomadas por las instituciones en septiembre de 2020 cuando, de acuerdo con sus rectorados, decidieron ofrecer un semestre escolar adicional. Este semestre fue organizado de tal forma que se ofrecían a todos los estudiantes componentes curriculares y actividades de formación con los que atender la formación específica de cada curso sin que ello implicara proveer de componentes curriculares. Por otra parte, la matrícula de los estudiantes no era obligatoria.

Con la propuesta, las universidades se aseguraron de que los/las estudiantes pudieran adaptar sus condiciones de estudio al entorno social y de salud pública vigente y mientras, ganar tiempo para poder adecuar plataformas de educación remota y capacitar a los maestros, ajustando los semestres a las directrices de los protocolos del Ministerio de Salud y los departamentos estatales de salud del gobierno brasileño.

En este contexto, en Pernambuco las decisiones fueron tomadas por un consorcio de universidades denominado Consórcio Universita, que fue el que orientó las decisiones en los informes de su prorrectoría, así como las referencias de investigación sobre las condiciones de estudiantes, respecto a los aspectos relativos al acceso [equipos e Internet] y salud.

A continuación, presentamos los resultados obtenidos en la investigación, analizando los siguientes ejes temáticos: perfil del alumnado, infraestructura para clases a distancia, equipamientos para acceder a las clases a distancia del curso y los problemas y dificultades para el acceso y permanencia en las clases remotas.

Perfil del alumnado

Este eje temático ofrece la siguiente información: los cursos de licenciatura en los que están matriculados los alumnos y alumnas, ingresos familiares y estado civil, entre otros temas importantes que permiten conocer a los estudiantes de grado y sus condiciones socioeconómicas y culturales.

De los 507 estudiantes que respondieron al cuestionario en línea,117 eran de la Universidad Federal de Paraíba (UFPB), 198 de la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE) y 192 de la Universidad de Pernambuco (UPE). De esta cantidad, hubo mayor participación, en orden decreciente, de estudiantes de los cursos de licenciatura en Matemáticas (153), Pedagogía (113), Química (47), Geografía (43) y Física (37).

Teniendo en consideración las tres instituciones encuestadas, podemos afirmar que el público que respondió fue predominantemente femenino (59,76%). Esta realidad va en la línea del Censo de Educación Superior, que constata que el público de los cursos de licenciatura de grado femenino corresponde al 70,60% de los estudiantes matriculados. Del sexo masculino, se tiene un registro de un 29,40% del alumnado (DEED, 2018).

Por otro lado, según el Censo de Educación Superior, la carrera de Pedagogía es la que tiene un mayor número de matriculados (710.855), seguida de la de Educación Física (185.792) y del Grado en Matemáticas (95.004).

En cuanto al turno de estudio en el que los encuestados cursan el curso de grado, la mayoría, el 66,26%, estudiaba en el turno de la noche. Estos datos ya apuntan a un perfil de estudiante que trabaja durante el día, dejando el turno de la noche para estudiar.

En cuanto a otros datos generados a partir del perfil, constatamos que un 80,77% son solteros; el 88,58% vive en el área urbana de sus municipios; y el 76,31% tiene ingresos entre menos de 1 y 2 salarios mínimos6.

Esta es la imagen que presentan los datos del Censo de Educación Superior (DEED, 2018), que muestran un perfil de estudiante de licenciatura compuesto por personas muy jóvenes, solteras, sin hijos y que asisten al curso nocturno.

Los datos muestran que la mayoría de los estudiantes de licenciatura de los estados de Pernambuco (UFPE y UPE) y Paraíba (UFPB) son de clase social de entre pobre a media-baja, y por lo que necesitan de políticas de inclusión que les permitan permanecer en la educación superior. Este resultado refuerza los estudios de Locatelli and Diniz-Pereira (2019), sobre el perfil de los egresados. Estos concluyen que:

[...] os cursos de licenciaturas atendem a um público com pouca possibilidade [...], devido as suas limitações financeiras, e que dedica pouco tempo aos estudos em razão do trabalho e/ou dos horários alternativos e reduzidos do curso. [...]. Um prejuízo para o seu processo de formação, que o coloca em uma situação vulnerável diante dos desafios da realidade e dos controles externos, diminuindo, assim, sua autonomia como docente e como intelectual 6

Otro dato interesante es aquel que ofrece la investigación realizada por la (UNESCO, 2004) cuyo objetivo fue rastrear el perfil de los maestros brasileños que trabajan en la educación básica (escuela primaria y secundaria). En esta investigación se recogieron cinco mil de respuestas de docentes de escuelas públicas y privadas de los veintisiete Estados que conforman Brasil. Los datos revelaron, entre otros aspectos, que los profesores brasileños se auto clasifican socialmente en función de los ingresos familiares, como clase media baja. A saber:

La mayoría de los profesores se consideran pertenecientes a la clase media baja en todos los tramos de ingresos, a excepción de los que tienen ingresos familiares superiores a 20 salarios mínimos. De los profesores con ingresos familiares de hasta dos salarios mínimos, la mayoría (48,6%) se identifica como pertenecientes a la clase media baja y el 31,9% se consideran de clase baja, aunque el 65% de ellos, como se ha visto, se clasifican como pobres. Asimismo, de los profesores con ingresos familiares que oscilan entre los dos y los cinco salarios mínimos, el 47% se considera pobre, el 17,9% se considera de clase baja y el 58% de clase media baja.

(UNESCO, 2004, 66)

Por lo tanto, la investigación de la UNESCO apunta que, incluso los maestros que reciben un salario muy bajo, no se identifican socialmente como pobres, concluyendo así que esta puede ser una cuestión de autoestima y apreciación de la profesión.

Infraestructura para clases remotas

La infraestructura se considera importante para una lectura más real de las condiciones de acceso de los estudiantes a las clases en formato remoto. Para eso, buscamos comprender la relación entre las condiciones materiales para la permanencia en las clases y la formación del sujeto.

La primera pregunta que se planteó trataba de conocer los espacios físicos disponibles en las residencias de los estudiantes que estos utilizaron para las clases. En el cuestionario se designaron 11 posibilidades, para tratar así de contemplar un mayor número de espacios y condiciones de acceso. En la Tabla 1, presentamos los 7 que obtuvieron un porcentaje más elevado.

Tabla 1: Espacios físicos en los que estudiaron. En porcentaje. Fuente: Datos sistematizados por los autores, a partir de los resultados de los cuestionarios, 2021.

Respuestas

UFPB Fr (%)

UFPE Fr (%)

UPE Fr (%)

Sala de estar o cuarto de estar

15,42

20,38

15,12

Dormitorio

53,75

55,77

52,71

Oficina

2,37

1,54

2,33

Terraza

5,14

1,15

5,04

Espacio adaptado

4,74

6,54

4,65

Sin espacio adaptado

14,62

10,00

14,34

Cocina

2,37

1,54

2,33

Otros

1,58

3,08

3,48

Frecuencia relativa total (Fr)

100,00

100,00

100,00

Así, entre los estudiantes de la UPE (n=192), el 52,71% indicó que la habitación donde dormía era el lugar desde donde asistía a clases, el 15,12% lo hacía desde la sala de estar, el 14,34% no tenían un espacio adaptado y el 4,65% adaptó un espacio para poder asistir a clases.

De entre los estudiantes de la UFPE, (n= 198), el 55,77% empleó el dormitorio, seguido por el 20,38% que empleó la sala de estar, y el 10,00% indicó que no tenía un espacio físico delimitado. Algunas respuestas en este caso llaman la atención, pues aun con porcentajes inferiores al 1,00%, algunos apuntaban que utilizaban la cocina y el garaje de la casa (aquí los incorporamos en la categoría de “Otros”).

Los estudiantes de la UFPB (n= 117), apuntaron que el 53,75% utilizaba el dormitorio como espacio de estudio, el 15,42% la sala de estar, el 14,62% decía no disponer de un espacio específico o adaptado, y el 5,14% indicó que utilizaba la terraza para asistir a las clases.

En este contexto, se observa que los alumnos hicieron uso mayoritariamente del dormitorio y la sala de estar como los espacios más utilizados para la participación en las clases. Aunque también se confirma que muchos no contaron con espacios específicos dentro de su residencia, por lo que tuvieron que adaptar lugares como el patio trasero, el garaje, la cocina o también, el local de trabajo para ello.

Además de un entorno adecuado, es necesario un equipamiento que permita el acceso a las clases en línea. El siguiente punto trata de esta cuestión.

Equipo para acceder a clases de cursos remotos

Silva et al. (2020) abordan las dificultades y desafíos que se presentan a estudiantes y docentes en el acceso a clases a distancia, además de otras cuestiones como la formación psicológica y docente. Otros aspectos son el dominio técnico y la infraestructura que hacen que, incluso en situaciones de vulnerabilidad social, educativa y económica, se pueda asistir a clases a distancia.

En este sentido, la posesión de equipos informáticos facilita el acceso a las clases y se convierte en un requisito imprescindible para la plena participación y formación de estos estudiantes. En este sentido la mayoría (un 49,89%) apuntaba contar con ingresos familiares de no más de 2 salarios mínimos. Esto implica un gran sacrificio económico para las familias, pues más allá de las necesidades de alimentación y transporte, se encuentran con la necesidad de priorizar la adquisición de ordenadores y dispositivos móviles que permitan el seguimiento de las clases en línea. Otro aspecto es que, aún con la adquisición de estos dispositivos, existe la necesidad de contar con un servicio de Internet eficiente que permita su seguimiento y participación en las clases.

Para el profesorado, que siguió todo el proceso desde la paralización de las clases hasta su regreso al aula física en formato remoto, hay muchos otros elementos a tener en cuenta.

Por medio de la pregunta: ¿En tu casa, qué equipos utilizas más frecuentemente para acceder a las clases a distancia? encontramos que, en la UFPE, un 42,41% de los alumnos apuntaban emplear el teléfono móvil, el 5,86% apuntaba al ordenador; el 50,69% decía utilizar ordenadores portátiles; un 0,70% indicó que iba a salas públicas donde podía alquilar un ordenador; y 0,34% apuntaba no tener equipo para asistir a clases (Tabla 2).

Tabla 2: Equipos utilizados para acceder a las clases en línea. En porcentaje. Fuente: Datos sistematizados por los autores, a partir de los resultados de los cuestionarios, 2021.

Respuestas

UFPB ( %)

UFPE ( %)

UPE ( %)

Teléfono móvil

49,73

42,41

49,66

Ordenador

2,76

5,86

6,16

Ordenador portátil

44,75

50.69

42,81

Sala pública para aquillar un ordenador

2,76

0,70

1,37

Sin equipos para acceder a clases remotas

0,00

0,34

0,00

Frecuencia relativa total (Fr)

100,00

100,00

100,00

Sobre los estudiantes de la UFPB, un 49,73% dijo emplear sus teléfonos móviles, un 2,76% utilizar el ordenador, y un 44,75% el ordenador portátil. Otros, un 2,76 afirmaron emplear salas públicas donde alquilaban el uso de ordenadores (Tabla 2). En cuanto a la UPE, un 49,66% afirmaron emplear el teléfono móvil, un 6,16% el ordenador, un 42,81% el ordenador portátil y un 1,37% indicaron acudir a una sala pública donde alquilaban el uso de ordenadores y podían acceder a las clases remotas (Tabla 2). Ningún estudiante mencionó no tener equipo para acceder a clases remotas.

En vista de lo anterior, observamos que el alumnado hace uso de más de un equipo para el acceso a sus clases, lo que nos permite apuntar que se trata de equipos que son gratuitos o disponibles en el momento de las clases a distancia. Sin embargo, debido a la multifuncionalidad que el teléfono móvil ofrece, es el equipo que más se emplea para asistir a clases en línea. Estos datos coinciden con la encuesta continua del IBGE que apunta que, el 98,6% de la población de 10 años o más utiliza Internet a través del teléfono móvil (IBGE, 2021).

En relación a la pregunta anterior, también se intentó conocer cual había sido la forma de adquisición del equipo (Tabla 3). La respuesta a esta pregunta fue libre. Obtuvimos 30 respuestas diferentes, pero todas se aproximaban a una forma específica de adquisición del equipo para su uso en las clases remotas.

Tabla 3: Frecuencia absoluta de las formas de compra de su equipo. Fuente: Datos sistematizados por los autores a partir de losresultados de los cuestionarios, 2021.

Artículos

UPE

UFPE

Fr %

UFPB

Fr %

Compró

80,20

72,22

82,88

Prestado por amigos o familiares

8,9

6,1

5,98

Donación

4,2

5,6

5,13

Política Pública de Bachillerato

0,0

3,03

0,85

Políticas Públicas Federales (UFPE e UFPB) o estatal (UPE)

5,7

11,6

2,61

Ordenador del trabajo

0,0

0,0

0,85

Ganó de regalo

1,0

0,44

0,85

Prestado por la UFPE o UFPB o UPE

0,0

1,01

0,85

Frecuencia absoluta total

100

100

100

Estos datos indican que la mayoría de los estudiantes de las tres instituciones hicieron un esfuerzo para adquirir/comprar equipos (78,43%) 7 y que las políticas públicas contribuyeron con cierta diferencia entre instituciones, a que los estudiantes pudieran contar con infraestructuras adecuadas para este tipo de formación, porque la mayoría de los inscritos en los cursos de licenciatura, como observamos en el punto 3.1 perfil del alumnado, procede de familias con salarios bajos.

En relación con el tipo de Internet que tenían para acceder a las clases a distancia, obtuvimos las siguientes respuestas, considerando las 3 universidades públicas: un 67,30% utilizó Internet de banda ancha; un 14,48% utilizó Internet de banca ancha, a pesar de tener que compartir la cuenta con amigo o vecino; un 3,59% accedió a través del acceso al wifi del vecino; y, un 12,72%, empleó los datos móviles del teléfono celular.

Las siguientes preguntas tuvieron como objetivo conocer la percepción del proceso que precedió a las clases, centrándonos en la perspectiva del aprendizaje; porque sabemos que, si bien un primer desafío fue tener los instrumentos y medios de acceso, otro sería el aprendizaje de los contenidos y la participación, lo que requería una mirada a cada sujeto individual del grupo [social, económico y cultural] del que formaba parte.

Así, se planteó la pregunta: ¿Cuáles son las dificultades que encontró en su participación en clases remotas? De las 6 posibilidades planteadas, la mayoría del alumnado hizo referencia a la ausencia de concentración como la principal de ellas (36,32% en la UPE, 35,60% en la UFPE y 70,90% en la UFPB). En segundo lugar, plantearon la dificultad para leer textos en la pantalla del celular (respuesta que alcanzó hasta un 50,00% en la UPE, el 40,40% en la UFPE y el 35,93% en la UFPB).

Otra dificultad mencionada fue no tener acceso a la colección bibliográfica en casa (lo que les impedía buscar lecturas sobre los contenidos tratados). La gran mayoría informó no tener un libro en casa, revelando así la importancia de las bibliotecas y los espacios de lectura. Con unos porcentajes del 12,28%, el 15,56% y el 15,58%, , los estudiantes de la UPE, UFPE y UFPB respectivamente plantearon la brecha existente en el acceso al material impreso, al libro, entre sus mayores dificultades. Aunque sabemos que muchas bibliotecas disponían de una colección en formato digital, las dificultades con Internet y los equipos impidieron en algunos casos la descarga de libros para su estudio.

La última pregunta de esta dimensión versaba sobre cómo los estudiantes estaban llevando su formación y si la institución ofrecía actividades formativas más allá del semestre complementario.

En la UPE, un 20,99% de los participantes indicaron que participaron en algunas actividades para tener una ocupación. Otro 20,61% informó que no participó porque no se sintió motivado por la situación de la cuarentena.

El 17,78% de los estudiantes de la UFPE afirmó haber participado en alguna actividad al no tener ocupación alguna durante la pandemia. En segundo lugar, el 17,41% informó haber participado para tratar de avanzar en sus tareas y no retrasar su graduación, seguido de 17,04% que no participó porque se encontraban sin concentración para los estudios.

Los estudiantes de la UFPB afirmaron en un 19,01% haber participado en alguna capacitación propuesta para tener una ocupación durante la pandemia. Este mismo porcentaje (19,01%) afirmó no haber participado por estar ocupado con otras actividades que consideró más urgentes. En este sentido, el 18,44% informó haber participado en alguna actividad propuesta por la UFPB con el objetivo de avanzar en tareas que le permitieran no retrasar su graduación.

Estas respuestas apuntan a una preocupación porque el período de pandemia y las incertezas del momento que se estaba viviendo perjudicaran la realización de los cursos. También se observó una falta de concentración de los estudiantes en las actividades académicas, al apuntar que consideraban más importantes otras situaciones paralelas al proceso de formación.

Problemas y dificultades para acceder y permanecer en clases remotas

La pandemia de la COVID-19, provocada por el SARS-Cov-2, propició problemas sociales, como el desempleo y el hambre, y afectó a la salud psicológica de la población. Según Nabuco, Oliveira, & Afonso,

Dentre os principais estressores durante a pandemia pela COVID-19 destacam-se o medo da infecção, o isolamento físico, a inadequação das informações, a estigmatização e discriminação, as barreiras para vivenciar o luto daqueles que estão morrendo, além das perdas financeiras. 8

(2020 , 5)

Este problema fue identificado en las respuestas de los estudiantes de licenciatura, quienes apuntaron a cuestiones psicológicas (salud mental) y materiales (condiciones sociales) como aspectos que dificultaban su acceso y permanencia en clases a distancia.

Los datos revelan que, para el 20,32% de las personas participantes (UPE, UFPE y UFPB), problemas psicológicos como la ansiedad, el estrés y la depresión fueron un obstáculo para acceder y permanecer en clases a distancia. Estos problemas surgieron principalmente debido a cuestiones como vivir en aislamiento, el distanciamiento social, la cuarentena, y otras incertidumbres que surgieron en este período. Otro factor fue la ausencia de información o información falsa relacionada con el diagnóstico, y la prevención de la vacuna y el tratamiento. No hubo información como con la que tenemos actualmente sobre la COVID-19 (incluida la producción de vacunas) y tampoco sobre la utilización de mascarillas en la cultura de los brasileños.

También cabe mencionar la dificultad de interacción entre alumno-profesor, 8,06%, y alumno-alumno, 6,62%, del total de encuestados lo que coincide con lo apuntado con Nabuco et al. (2020). Según estos, en el proceso de enseñanza-aprendizaje, la interacción entre profesorado-alumnado y entre el propio estudiantado favorece el diálogo, el intercambio y el compartir en el aula presencial, lo cual no es que esto no pueda darse también en ambientes virtuales de aprendizaje.

Sin embargo, la mayoría de nuestros alumnos y profesores están acostumbrados a una relación directa, sin la mediación de una plataforma digital.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Los datos de nuestra investigación revelan que los estudiantes de licenciatura analizados tuvieron muchas dificultades para seguir las clases remotas de sus cursos. Una parte considerable de los 507 encuestados/as, en concreto un 35,95% indicó que las clases a distancia no favorecieron su concentración en los estudios y un 22,91%, expresó su dificultad para leer en la pantalla del ordenador o del móvil. Otro dato significativo es que un 15,14%, del estudiantado afirmó no contar con libros en casa para el estudio o para poder realizar una revisión complementaria.

A través de los datos analizados observamos una falta de preparación para que los alumnos pudieran participar en actividades remotas durante la pandemia de COVID-19. Estos señalaron que no contaban con la infraestructura adecuada para este fin, así como no disponer de condiciones de vivienda apropiadas para ello o un espacio físico específico para tal fin.

Otra conclusión que se extrae es la continuidad necesaria de las políticas de apoyo de las instituciones que puedan garantizar la permanencia y participación con calidad de alumnado en situación de vulnerabilidad social.

Sabemos que las clases a distancia fueron necesarias en esos momentos en los que se impusieron medidas de aislamiento social para contener las curvas de contaminación y propagación de la COVID-19. Sin embargo, en ese contexto, aumentó la situación de vulnerabilidad social en la que se encontraron los estudiantes y cuanto mayor era su vulnerabilidad, mayor era la dificultad que tenía para acceder y permanecer en esas clases a distancia, lo que afectó los procesos de formación y calidad de la educación superior brasileña.

En este sentido, el Estado brasileño debe, por lo tanto, ser responsable de ofrecer las condiciones necesarias para la participación de alumnado y profesorado en la realización de lo que es un derecho fundamental, el de la educación.

Ello fundamenta la comprensión de la educación como un derecho humano. Así, es fundamental fortalecer la importancia de contar con una educación pública y políticas sociales que hagan del sujeto estudiante un sujeto de derecho.