Resiliencia académica en tiempos de pandemia por COVID-19: las prácticas curriculares en los Grados de Trabajo Social de las universidades españolas


Departamento de Análisis e Intervención Psicosocioeducativa / Facultade de Educación e Traballo Social, Universidad de Vigo, Ourense, España
Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales / Facultad de Trabajo Social, Universidad de Murcia, Murcia, España

Resumen

La COVID-19 creó una situación de incertidumbre generalizada entre profesorado, estudiantado y profesionales e instituciones participantes en los programas de las prácticas curriculares obligatorias de los Grados de Trabajo Social en España. Nuestro objetivo ha sido analizar dicha incidencia en las universidades y en la Universidad de Vigo en particular. A partir de la recopilación y valoración de datos cualitativos a diferentes escalas, en el presente artículo describimos la situación y las respuestas dadas desde los equipos universitarios de coordinación de prácticas curriculares para afrontar el estado de alarma y la progresiva supresión de las plazas ofertadas en los cursos anteriores a la pandemia. Observamos y constatamos cómo en dicho contexto de incertidumbre, entre todos los actores implicados se implanta la formación a distancia, se suprimen las prácticas presenciales o se adaptan las guías docentes para convalidar prácticas extracurriculares o tutorías y seminarios online personalizados o en pequeños grupos de estudiantes. Finalmente, a modo de reflexión fundamentada concluimos que hubo por parte de los actores implicados una reacción resiliente y de adaptación, pero la experiencia puede ser una oportunidad al abrirse un debate sobre la importancia que adquieren las tecnologías de la información y comunicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje de las/os futuras/os profesionales del Trabajo Social.

Palabras clave

enseñanza-aprendizaje, prácticas, Trabajo Social, Covid-19, TIC

Abstract

COVID-19 created widespread uncertainty among lecturers, students, professionals and institutions participating in compulsory practicums as a component of Social Work undergraduate programmes in Spain. In this paper we analyse this issue in relation to Spanish universities, with particular reference to the University of Vigo. By collecting and evaluating qualitative data on various levels, we describe the current situation and discuss the responses of university teams responsible for coordinating compulsory practicums to manage both the state of alarm and the progressive elimination of available places in academic years prior to the pandemic. In this context of uncertainty among all the actors involved, we observe that distance learning is being implemented, face-to-face practicums are being eliminated, and teaching guides are being adapted while extracurricular practices, tutorials, and individual or small-group seminars are being validated. We conclude that all the actors involved have been able to adapt and react in resilient fashion. We also conclude that the experience may be an opportunity to begin a debate on the importance of including Information and Communication Technologies in the teaching and learning process for future Social Work professionals.

Keywords

teaching-learning, practices, Social Work, Covid-19, ICT.

Resum

La COVID-19 va crear una situació d'incertesa generalitzada entre professorat, alumnat, professionals i institucions participants en els programes de les pràctiques curriculars obligatòries dels graus en Treball Social a Espanya. El nostre objectiu ha sigut analitzar aquesta incidència en les universitats i en la Universitat de Vigo en particular. A partir de la recopilació i la valoració de dades qualitatives a diferents escales, en aquest article descrivim la situació i les respostes donades des dels equips universitaris de coordinació de pràctiques curriculars per a afrontar l'estat d'alarma i la progressiva supressió de les places ofertes els cursos anteriors a la pandèmia. Observem i constatem com en aquest context d'incertesa entre tots els actors implicats s'implanta la formació a distància, se suprimeixen les pràctiques presencials o s'adapten les guies docents per a convalidar pràctiques extracurriculars o tutories i seminaris personalitzats o en petits grups d'estudiants. Finalment, a manera de reflexió fonamentada, concloem que va haver-hi per part dels actors implicats una reacció resilient i d'adaptació, però l'experiència pot ser una oportunitat d’obrir un debat sobre la importància que adquireixen les tecnologies de la informació i comunicació en el procés d'ensenyament-aprenentatge de les futures i futurs professionals del treball social.

Paraules clau

ensenyament-aprenentatge, pràctiques, Treball Social, Covid-19, TIC

Notas de Aplicación Práctica

Qué se sabe sobre el tema

  • La COVID-19 alteró los programas de prácticas curriculares obligatorias de los Grados de Trabajo Social en España

  • Las universidades tuvieron que convalidar, anular, adaptar y/o modificar las guías docentes de las prácticas obligatorias debido a la negativa de las instituciones de acogida a participar

Qué aporta este trabajo

  • Recopilamos datos cualitativos a diferentes escalas, describimos la situación y las respuestas dadas desde los equipos universitarios de coordinación en las universidades españolas

  • Constatamos cómo, en dicho contexto de incertidumbre entre todos los actores implicados, se implanta la formación a distancia

Implicaciones para la práctica o política

  • Facilitar el empoderamiento de los equipos de coordinación de los Grados de Trabajo Social y su reacción resiliente y de adaptación

  • La experiencia es una oportunidad para las tecnologías de la información y comunicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje de las futuras y los futuros profesionales del Trabajo Social

Introducción y estado de la cuestión

Partimos de la base de que la COVID-19 alteró el normal desarrollo de las experiencias de aprendizaje del Trabajo Social en las universidades españolas (Abolafio et al., 2022) y de que las actividades prácticas curriculares en instituciones de acogida son fundamentales en el proceso de enseñanza-aprendizaje de las futuras y los futuros profesionales del Trabajo Social, ya que siempre han sido una oportunidad de aunar la teoría con la práctica (Pastor-Seller, 2022; Pastor-Seller, 2022). En dichas prácticas, la presencialidad y la comunicación cara a cara son muy importantes. Sin embargo, a nivel internacional la pandemia de la COVID-19 ha obligado a las universidades a desarrollar planes de aprendizaje en remoto utilizando las tecnologías de la comunicación y la información (Mantulak, Arundel, & Csiernik, 2021). En los Grados de Trabajo Social de las universidades españolas, la incidencia de la COVID-19 implicó que el 39,2% de las prácticas curriculares obligatorias pasaran de un formato presencial a otro en línea bajo la denominación de “teleprácticas” (AUETS, 2022); a lo que se le añadió el hecho de que un 20,3% de las plazas de prácticas ofertadas fueran canceladas (Abolafio et al., 2022).

En algunos países, con la llegada de la COVID-19 se decidió confinar a los ciudadanos, y en dicho contexto se vieron afectados tanto alumnado como profesorado universitario. De repente, se impuso el teletrabajo y la enseñanza a distancia, lo que conllevó cambios en el comportamiento de toda la comunidad universitaria (Bracons & León, 2021). Fue necesaria una adaptación de los formatos y contenidos temáticos de las asignaturas, el diseño de la evaluación, nuevos horarios, etc. Así, se generaron desafíos psicosociales derivados del aislamiento y la falta de contactos sociales entre profesorado y alumnado.

En dicho contexto de la pandemia COVID-19, como señalade-Jonge, Kloppenburg, and Hendriks (2020), el Trabajo Social no ha sido inmune al cambio, ya que es una profesión que se altera con la dinámica de la sociedad y está sujeta a cambios en las interrelaciones entre los y las profesionales y la ciudadanía. Han emergido nuevas formas de marginación, como la derivada de la brecha digital. (Bracons et al., 2021) afirman que muchas universidades y/o estudiantes no han podido asumir la formación a distancia en el contexto de la pandemia por no contar con la tecnología necesaria, o por no tener las destrezas necesarias para su utilización en el proceso de enseñanza-aprendizaje (Alqahtani & Rajkhan, 2020).

Sin embargo, es necesario poner en evidencia que la situación de crisis pandémica puede suponer una oportunidad para la formación universitaria en Trabajo Social. En Australia, según la Asociación Australiana de Trabajadores Sociales (AASW) y la Universidad Tecnológica de Queensland, durante la pandemia mundial por la COVID-19 se crearon oportunidades para las formadoras y los formadores de las profesiones relacionadas con el Trabajo Social (Morley & Clark, 2020); fueron oportunidades para diseñar, implementar y probar nuevos modelos de educación más adecuados para los contextos contemporáneos, y también para ponerlos en marcha en situaciones de pandemia, lo que hasta ahora no había sido posible.Morley et al. (2020) sostienen que el sistema de videoconferencia ha sido aceptado para la supervisión tutorial académica e institucional, y ha atraído la atención de estudiantes previamente no motivados; incluso afirman que han surgido actividades de investigación y de activismo social para la defensa de los derechos humanos a través de las redes sociales, o el trabajo social remoto en temas de asilo político utilizando métodos no tradicionales, trabajando en red para crear actividades a distancia de promoción y activismo en la comunidades de refugiados.Morley et al. (2020) observaron que se desarrollaron prácticas universitarias de trabajo en grupo a distancia para investigar los impactos de la COVID-19 sobre la sociedad australiana, en relación con la salud mental, la desigualdad, los impactos del desempleo masivo derivado de la COVID-19, los movimientos sociales para el desarrollo de la telesalud o el impacto de la COVID-19 en la escalada de la violencia doméstica. En última instancia, la experimentación con actividades prácticas de forma remota pueden ser un problema o una oportunidad para la formación de los Trabajadores Sociales. El alumnado puede alcanzar resultados de éxito, pero se necesita desarrollar y practicar habilidades esenciales para responder a los problemas sociales emergentes siendo crucial para el futuro de los y las profesionales del Trabajo Social.

El presente artículo tiene por objetivos:

  • analizar las incidencias en la programación de las prácticas curriculares del alumnado del Grado de Trabajo Social de las universidades españolas durante la pandemia por COVID-19

  • describir el caso en detalle referido a la Universidad de Vigo

Los resultados, nos permiten plantear un debate sobre la necesidad de introducir las tecnologías de la información y la comunicación en las programaciones y guías docentes del Grado de Trabajo Social.

Materiales y métodos

Hemos comprobado que no existen datos cuantitativos ordenados y sistematizados que permitan analizar la incidencia de la COVID-19 sobre la oferta de prácticas curriculares en las universidades. Por ello, la metodología ha sido inductiva y los datos que hemos utilizado han sido de naturaleza cualitativa, a partir de los comentarios de los equipos de coordinación de las prácticas curriculares del Grado de Trabajo Social recopilados en los informes generales sobre la COVID-19 realizados por las universidades españolas, y de la lectura de las actas de las reuniones celebradas por los coordinadores del Grado de Trabajo Social de la Universidad de Vigo durante la pandemia. En concreto, la documentación utilizada ha sido la siguiente:

Por una parte, el formulario sobre prácticas de Trabajo Social en tiempos de COVID-19 que fue desarrollado por la AUETS (Asociación Universitaria de Escuelas de Trabajo Social) y enviado a todos los grados de Trabajo Social de las universidades españolas. Consta de 7 apartados:

  • Comparación entre curso 2019-2020 con el curso 2020-2021, respecto del número de matriculados en prácticas curriculares y número de plazas prácticas ofertadas

  • Comentario por parte de los coordinadores del Grado de Trabajo Social acerca de las prácticas ofertadas en el curso 2020-2021

  • Descripción de las medidas tomadas para adaptar las prácticas del Grado de Trabajo Social al decreto de Estado de Alarma de marzo de 2020

  • Descripción de plan específico para abordar las prácticas de Trabajo Social en el curso 2020-2021

  • Descripción de las modificaciones a las guías de las asignaturas prácticas del curso 2019-2020 para adecuarlas a la situación del Estado de Alarma

  • Descripción de las modificaciones a las guías de las asignaturas prácticas del curso 2020-2021 para adecuarlas a la situación del Estado de Alarma

  • Descripción de la reacción del alumnado ante las posibles dificultades para implementar las prácticas

En segundo lugar, la documentación propia de la Universidad de Vigo para la recopilación de datos sobre prácticas curriculares de 4º curso del Grado de Trabajo Social de la Facultad de Educación y Trabajo Social del Campus de Ourense, curso 2020-2021. Esta, la organizamos a partir de los siguientes apartados:

  • alumnado matriculado y oferta de destinos de prácticas

  • distribución de la oferta definitiva de plazas según titularidad del servicio

  • distribución de plazas en entidades, plazas no ofertadas por motivación y titularidad y ámbito

Y, en tercer lugar, se consultó documentación propia de la Universidad de Vigo. Por un lado, accedimos a las Actas de las reuniones de coordinación de las prácticas curriculares, y por otro, procedimos a la recopilación de datos cualitativos en relación con el impacto de la pandemia COVID-19 en las tareas de organización y seguimiento de las prácticas del Grado de Trabajo Social del curso 2020-2021.

Análisis y resultados

En cuanto a los resultados obtenidos, los presentamos a continuación combinando una visión general con una visión concreta para el caso de la Universidad de Vigo.

La visión general en las universidades españolas

En el contexto de la pandemia, con el inicio del curso 2020-2021 se presentaron serias dificultades en las universidades españolas para atender la demanda de prácticas para el alumnado de Trabajo Social. A iniciativa de la Asociación Universitaria Española de Trabajo Social (AUETS) en su carácter de organización interuniversitaria, se lanzó una consulta general en el primer cuatrimestre del curso, para diagnosticar la situación creada, a la cual respondieron total o parcialmente 14 universidades que ofertan el Grado de Trabajo Social. Sin embargo se observaron resultados y respuestas desiguales, debido a que las universidades estaban iniciando el proceso de oferta de plazas de prácticas y no pudieron concretar datos pormenorizados. La información obtenida solo permitió realizar una aproximación a la situación creada.

Sin embargo, a nivel cualitativo y a partir de la información de la que disponemos en el Grado de Trabajo Social de la Universidad de Vigo y del informe general emitido por la Asociación Universitaria Española de Trabajo Social (Abolafio et al., 2022), sintetizamos los diversos comentarios realizados por los equipos de coordinación de prácticas de los Grados de Trabajo Social en España, acerca de la situación que estaban afrontando con la pandemia de COVID-19. Los resultados son los siguientes:

  • Las coordinaciones de prácticas comentaron incidencias de forma muy genérica pero también muy significativas, y dejaron constancia de las dificultades para conseguir plaza para todo el alumnado que así lo solicitó. Ello fue así en 8 de las 13 universidades que respondieron a la solicitud: en la Universidad Autónoma de Madrid, Universidad Complutense de Madrid, Universidad de Alicante, Universidad Pontificia de Comillas, Universidad de Cádiz, Universidad de Barcelona, Universidad de Valencia y Universidad de Vigo.

  • Todas las universidades mencionan la toma de decisiones de las instituciones públicas para anular las plazas de prácticas para estudiantes ofertadas alegando problemas de espacio suficiente de acuerdo con las normas COVID-19 impuestas, además de serias dificultades para la realización de pruebas PCR. Ese hecho fue especialmente significativo en centros sociales para la tercera edad y en centros de menores.

  • Se constató en los comentarios que dicha tendencia de bajas generalizadas en el ámbito público fue compensada por la captación de mayor número de plazas en instituciones del ámbito privado, que se mostraron más abiertas a cubrir necesidades sobrevenidas por la COVID-19, con la aportación de estudiantes de Trabajo Social en prácticas.

  • En dichos comentarios de las universidades, constatamos una posición más conservadora y restrictiva frente a la COVID-19 por parte de las instituciones públicas, debido a que desarrollaron rígidos protocolos de actuación para hacer frente a la situación de alarma creada.

Por otra parte, las universidades respondieron a la pregunta sobre cómo adaptaron las prácticas “tradicionales” de Trabajo Social de la prepandemia al Decreto de Estado de Alarma en marzo de 2020 (, 2020) con comentarios diversos que sintetizamos en:

  • En general, se produjo en los Grados de Trabajo Social una adaptación obligada a las directrices de los planes oficiales de contingencia COVID-19 de cada una de las universidades y la consiguiente adaptación de las guías docentes de las prácticas

  • En detalle, observamos que hubo referencias a la sustitución de las prácticas curriculares presenciales con trabajos dirigidos y/o tutorizados individualmente o en pequeño grupo por el profesorado universitario, así como la substitución de dichas prácticas, con asistencia presencial o virtual del alumnado al aula, para trabajar con vídeos y/o participar en debates a partir de textos seleccionados entre las publicaciones de los Colegios Profesionales de Trabajo Social

  • También hubo iniciativas de prácticas online, denominadas “teleprácticas” y seminarios a través de sistemas de videoconferencia grupal. Es decir, se procedió a la substitución de las horas prácticas no realizadas por actividades académicas presenciales cara a cara o a distancia utilizando sistemas en remoto con el fin de proceder a su evaluación

  • En menor medida se procedió substituyendo las prácticas obligatorias con tutorías grupales e individuales en línea, con seminarios también en línea entre alumnado y tutoras y tutores profesionales de las instituciones de acogida

  • También, en menor medida, incluso hubo casos en los que se dieron por completadas las prácticas a aquel alumnado que hubiera completado la mitad de las horas

  • Y, excepcionalmente, se produjo la anulación de la matrícula, o se procedió con el reconociendo de otras prácticas extracurriculares realizadas o ampliando el período de prácticas curriculares al inicio del siguiente curso académico

Finalmente, en cuanto a la reacción del alumnado, los comentarios hechos por parte de los equipos de coordinación de los Grados de Trabajo Social fueron de diversa índole, que podemos sintetizar en:

  • Referencias a actitudes de conformismo, protesta, aceptación ante las circunstancias excepcionales de la pandemia

  • Nerviosismo ante la incertidumbre, presión hacia los tutores y los centros ante el temor a no poder graduarse. Se mencionan actuaciones para gestionar la situación a través de llamadas telefónicas, correos electrónicos y reuniones informativas virtuales con todo el alumnado con el fin de encauzar frustraciones e incertidumbres.

La visión de caso en el Grado de Trabajo Social de la Universidad de Vigo

Para un análisis detallado, presentamos los comentarios de la coordinación de prácticas del Grado de Trabajo Social de la Universidad de Vigo, para lo que procedimos con una recopilación de datos cualitativos y cuantitativos. Para ello, revisamos las actas redactadas en las reuniones de coordinación de las prácticas celebradas en la Facultad de Educación y Trabajo Social en el curso 2020-21, y reproducimos descripciones literales en las que se evidencian los problemas que tuvieron que afrontar y la gestión de estos.

Respecto a los problemas que se presentaron, las descripciones testimoniales recogidas en actas nos permiten percibir las serias dificultadas afrontadas:

Si hay una palabra que pueda definir estas prácticas curriculares ha sido la incertidumbre. No se han podido cubrir todas las necesidades, a pesar del arduo trabajo realizado. Estamos teniendo muchísimas dificultades para poder ofrecer un listado de plazas que sea acorde al número de matriculados y matriculadas. De hecho, es mayor el número de alumnado matriculado que el de plazas ofertadas. Muchas de las entidades que ofertaron plazas en los años anteriores no están dispuestos a colaborar en la tutorización de alumnado en este curso. También tenemos destinos que habitualmente ofertaban varias plazas y en este curso sólo ofertan 1 como máximo. Las entidades públicas son las que más han reducido sus plazas, incluso dejando de ofertar plazas que antes sí lo hacían. El Tercer Sector es el que está realizando el mayor esfuerzo por dar respuesta a la necesidad de las prácticas del alumnado. Nos hemos visto obligados a retrasar el inicio de las prácticas 2 semanas en relación con el calendario de años anteriores. Las prácticas se llevan a cabo en el primer cuatrimestre (finales de septiembre hasta principios de enero) pero en este año hubo alumnado (en concreto, 9 de 72) que han realizado las prácticas en el segundo cuatrimestre (principios de febrero hasta finales de mayo). A pesar de todas las dificultades provocadas por la situación de pandemia sanitaria, el alumnado pudo realizar las prácticas de campo de forma presencial.

Respecto a las razones dadas por las instituciones/entidades para no ofertar plazas de prácticas en la Universidad de Vigo se refuerzan los comentarios sobre la situación experimentada en las demás universidades españolas, pero introducen comentarios detallados sobre las propias bajas por COVID-19 de las y los profesionales que se encargaban de la tutorización en los centros de acogida, el miedo al contagio o la sobrecarga de trabajo en los servicios sociales públicos durante la situación de alarma. En dicho contexto, es razonable comprender que el escenario creado con la COVID-19 determinó el rechazo de las instituciones de acogida a el alumnado universitario de Trabajo Social en prácticas. Las actas de la Universidad de Vigo recogen las siguientes razones:

Dificultades vinculadas al espacio en donde el alumnado realiza sus prácticas. (Concello de Ourense, Concello de Lalín). Otro escenario habitual fue en un principio la negativa a tutorizar alumnado en espera de la evolución de la pandemia por parte de entidades colaboradoras. El Prácticum abarca desde finales de septiembre a principio de enero. En este curso las entidades posponían la decisión de tutorizar hasta principios de septiembre e incluso mediados del citado mes. En ocasiones, una vez que estaban ofertadas, y dada la normativa impuesta desde la Conselleria [Xunta de Galicia], han imposibilitado la incorporación a los centros: centros de mayores, centros de menores y centros de personas con diversidad funcional. (Centros de menores de Monteledo, Montefiz y Montealegre). Por otro lado, varios Servicios Sociales Comunitarios de ayuntamientos aluden a la cantidad de trabajo que tienen para no poder atender al alumnado. Otros centros aluden a que han cerrado la oferta de prácticas ofertadas debido a que carecen de Trabajador Social debido a la falta de financiación de este profesional por motivos relacionados con la situación de pandemia. También hay varias entidades que no reciben alumnado debido a que el profesional que lo iba a tutorizar (TS) se encuentra en situación de incapacidad temporal (IT) o en proceso de concurso de traslados. Ha habido bastantes centros que una vez ofertadas las plazas; sin embargo, los días previos al inicio de estas, han renunciado a tutorizar alumnos por diversos motivos: por contagio de coronavirus del profesional que iba a tutorizar y por miedo a la evolución de la crisis sanitaria. Hay centros que exigen pruebas PCR, previas al inicio de las prácticas.

Respecto a las actuaciones y toma de decisiones para afrontar la situación se alude a un Plan específico para abordar las prácticas de Trabajo Social de forma virtual durante el curso 2020-21:

Se contempló un plan de contingencias en el caso de paso a docencia totalmente virtual en el que se mantienen las metodologías establecidas y se modifican el sistema de evaluación.

Respecto de la reacción del alumnado de Trabajo Social de la Universidad de Vigo ante las dificultades para implementar las prácticas que deberían realizar, se recoge lo siguiente respecto a la incertidumbre:

En general, se produce una aceptación de la nueva situación, pero también, mucha incertidumbre y temor a no poder desarrollarlas y por ello, no poder graduarse. El alumnado también es muy consciente de la pérdida que supone para su formación no poder realizar las prácticas en entidades que se solían ofertar y que en este curso debido a la situación sanitaria no han sido ofertadas.

Y respecto a cómo se tuvieron que evaluar dichas prácticas solo se ha recogido en acta el siguiente comentario:

Como estaba previsto en la guía docente, la forma de evaluación no cambia. Debido a la situación de pandemia, no ha sido preciso modificar la forma de evaluación de las prácticas.

En suma, en el caso del Grado de Trabajo Social de la Universidad de Vigo se tuvo que afrontar la situación de alarma por COVID-19 adaptándose a la situación. En las actas de las reuniones de coordinación del profesorado responsable de las prácticas no se describen en detalle los cambios y adaptaciones realizadas, por lo que no es posible valorar las medidas tomadas. Aunque, efectivamente, nos permiten percibir la situación de alarma, la gravedad del problema, la incertidumbre creada entre todos los actores implicados, es decir, entre alumnado, profesorado y personal de las instituciones que ofertaban las plazas de prácticas. Podemos afirmar que la capacidad de resiliencia frente a la COVID-19 quedó reflejada en dichos documentos.

Discusión y conclusiones

Durante la pandemia, las instituciones y las los profesionales del Trabajo Social han aumentado su carga de trabajo y han tenido que mostrase efectivos en situaciones de carestía y malestar social, promoviendo la búsqueda de recursos psicosociales en individuos, familias y comunidades (Nomen, 2021). Además, con la incidencia de la COVID-19 hemos asistido a la normalización de las tecnologías de la información y la comunicación en la vida cotidiana de las personas, contribuyendo a reducir las distancias “físicas”, disminuyendo los costes de coordinación, acelerando el flujo de información, ampliando los vínculos sociales, facilitando el contacto y la movilización, etc. (Marín, Castro, & Santana, 2018; Pastor-Seller, 2021). La formación práctica del alumnado de Trabajo Social durante la pandemia ha tenido luces y sombras; es decir, las sombras se han manifestado a través de dificultades para desarrollar un aprendizaje de calidad con el alumnado y con las instituciones de acogida, serios problemas de coordinación y alta carga de trabajo para el profesorado y tutoras y tutores académicos y en las instituciones de acogida. Sin embargo, también han emergido luces y oportunidades para el cambio y la actualización de métodos, protocolos y sistemas tradicionales de enseñanza-aprendizaje. Hemos observado que el alumnado de Trabajo Social deberá fortalecer su posición en las prácticas cara a cara con los usuarios, pero también debe asumir las posibilidades que les ofrecen los sistemas a distancia y la comunicación síncrona y asíncrona en remoto, integrando progresivamente las tecnologías de la información y la comunicación en el desempeño profesional.

Desde las universidades, debemos asumir que las nuevas generaciones de Trabajadores Sociales tendrán que afrontar desafíos en un contexto social y tecnológico nuevo, con un mercado de trabajo alterado postpandémico, con nuevas necesidades psicosociales en situaciones de emergencia, acompañamiento emocional, visitas domiciliarias y entrevistas o mediación con instituciones y entre familias.

Como sostiene Nomen (2021) el Trabajo Social debe actualizarse, promoviendo las actuaciones telefónicas y digitales. Es necesario asumir las nuevas aproximaciones a las personas usuarias desde las nuevas tecnologías, especialmente atendiéndolos telefónicamente y utilizando la videoconferencia y los sistemas de mensajería (García & Ferrás, 2022; Pastor-Seller, 2021; TSDifusión, 2020).

El escenario creado por la pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto que el alumnado de Trabajo Social tiene que ganar experiencia en el contacto digital con las personas usuarias de los servicios sociales y con las personas vulnerables en general (Mejía-Ospina & Velásquez-López, 2021; Morley et al., 2020; de-Jonge et al., 2020). En dicho contexto, surgen necesidades y oportunidades para la renovación de los sistemas de aprendizaje teórico-práctico. ¿Qué podemos aprender los Grados de Trabajo Social de todo lo ocurrido? Pues básicamente que debemos adaptarnos en las adversidades, ante una nueva situación sobrevenida que afectó a toda la población y aumentó la vulnerabilidad (Pastor-Seller, 2021). Por tanto, desde las universidades y los Grados de Trabajo Social debemos introducir en la programación docente la tecnología de la información y la comunicación como una herramienta que facilita el acompañamiento, orientación y seguimiento de las personas vulnerables y usuarias de los servicios sociales. Estamos de acuerdo con la interrogante propuesta porNomen (2021, 3) que dice: “frente a la nueva pobreza generada por la pandemia COVID-19: ¿Cómo [los trabajadores sociales] adaptamos esa realidad a un mundo globalizado y tecnológico?”