Discurso del 24 de julio de 1947 ante la Asamblea Constituyente
Palabras clave:
Benedetto Croce, Asamblea Constituyente, DiscursoResumen
El 26 de enero de 1910, a los cuarenta y tres años de edad, Benedetto Croce es nombrado Senador. Inicia así una larga y compleja carrera política marcada por una siempre atenta mirada a los grandes temas de la situación política italiana de la primera mitad del siglo XX, pese a que, tanto por su carácter sobrio y discreto, como por el progresivo arrinconamiento del Parlamento durante el régimen fascista sobre todo a partir de los años treinta, sus actuaciones son relativamente escasas. Estas contadas ocasiones en las que tomó parte activa suponen, siempre y en todo caso, no solo un reflejo de la evolución y desarrollo de sus presupuestos filosóficos, éticos y morales a lo largo de más de cuatro décadas, sino que son al mismo tiempo un claro ejemplo de su compromiso intelectual. Sirvan de ejemplo, en este sentido, algunas de sus intervenciones tal vez menos recordadas, como la del 6 de julio de 1920, año en que fue nombrado Ministro della Pubblica Istruzione con el gobierno de Giolitti, en la que proponía una necesaria reforma de los exámenes estatales con la intención de revigorizar la escuela pública; o el discurso del 24 de mayo de 1929, en el que se oponía a la instrumentalización política por parte de Mussolini del Concordato con la Santa Sede. Tras la caída del régimen Croce volvió a la arena política aceptando la presidencia del Partido Liberal Italiano, buscando la conciliación de los distintos partidos antifascistas durante el periodo de la Resistencia y aceptando en 1944 el cargo de Ministro sin cartera en el segundo gobierno de Badoglio, y ello pese a las graves discrepancias que mantenía tanto con él como con Vittorio Emanuele III, a los que no dudó en echar en cara su connivencia con Mussolini. Pocos meses después, en junio de 1944, y una vez liberada Roma, Croce retoma su actividad política formando parte del segundo gobierno de Bonomi, aunque apenas se mantendrá en el cargo unos pocos meses, dimitiendo el 27 de julio; a su parecer, lo oportuno hubiera sido la abdicación directa del rey, la renuncia de su hijo y la asunción de las tareas de gobierno por parte de Carlo Sforza, quien a la sazón había aceptado la oferta de Ivanoe Bonomi de unirse a su gobierno provisional. Elegido para formar parte de la Asamblea Constituyente (del 25 de junio de 1946 al 31 de enero de 1948), encargada entre otras tareas, de elaborar la Constitución de la República Italiana, Croce ostentó la presidencia del Partido Liberal hasta el 30 de noviembre de 1947, rechazando ser el candidato al cargo de Jefe provisional del Estado, al tiempo que renunciaba también, a propuesta de Luigi Einaudi, a ser nombrado senador vitalicio. De esta última fase de su carrera política, de la que estas líneas no son más que unos breves hilos conductores, destaca su firme oposición a las injustas condiciones impuestas a Italia por los aliados en el Tratado de Paz de París. En este sentido, el célebre discurso dado ante el Asamblea Constituyente el 24 de julio de 1947 que aquí reproducimos, no solo es solo un testimonio valiosísimo en la historia de Italia, sino una muestra más de las grandes dotes de orador del Croce político.
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